Ratifico. En propias carnes y en las de todos mis compañeros. En los cursos de Victor Gutierrez aprendía la exacta definicion de invisibilidad: estar lejos de Victor Gutierrez o conocerle por carta.Hasta hace no demasiado tiempo, Víctor tenía la mano extremadamente suelta y dispuesta a dar guantazos a quien se le resistiese más de la cuenta.
¿Ahora se ha relajado? ¡Y como no! Tiene que vender un nuevo arte marcial y no se puede ir enseñando en curso de introduccion por todo el mundo repartiendo leña a diestro y siniestro. Por la unica razon que te cargas lo que se ha trabajado en tu beneficio en un curso.
En otros deportes de contacto y artes marciales es posible que se sacuda mas. Estara en su naturaleza. Pero la sensacion de ser un tipo de 60 kilos, enclencle y absolutamente acojonado (como yo) delante de Victor Gutierrez, con sus imponentes entre 80 y casi 100 kilos (en momentos de mayor poder fisico, me apostaria una caña a que pesaba 100 kilos de musculo) es una esperiencia aterradora. Y Victor despues de canearte de lo lindo no mostraba ningun arrempentimiento.
Esto era lo terrible: Ni un atisbo de arrempentimiento.
Las ganas de que a uno le sacudan mas de lo minimamente pactado se cura con la edad.
O cuando te dice el jefe al dia siguiente: Perez, si me a venir asi otra vez, mejor no me venga. Y con eso no le quiero decir, Perez, que se coja la baja. Si no que vaya usted al Inem a que le den mimos alli.



