¡Cuánto "tronao"!
Publicado: 20 Abr 2007 12:38
Hola, amigos,
Creo que atraigo a la gente rara como la miel a las moscas. Me ha pasado hoy por la mañana un caso... Os lo cuento, y creedme: ¡hay mucho tronao por el mundo adelante. Estoy cursando la carrera de Psicología por la Universidad de Educación a Distancia (U.N.E.D.) para promocionarme en el trabajo. Aproveché que libraba en el turno de mañana para acercarme a la Facultad. En la biblioteca le pedí un libro de Stendhal al chico, quien, tras consultar en el ordenador, me dijo que estaba en préstamo. Pues bien, un tipo de edad media -48 años a lo sumo- que estaba próximo a nosotros, nos esbozó, sin que nadie lo invitara, una semblanza del un escritor francés del siglo XIX.
Después se ofreció, sin conocerme de nada, a dejarme de su biblioteca personal un ejemplar del libro Rojo y Negro (1830), ante lo cual (y previendo que el individuo tenía problemas de relación) opté por declinar educadamente tan generoso favor, alegando que acostumbro a pasar raras veces por la Facultad.
Aproveché para marchar de la Biblioteca y colarme en el Aulario de Informática, donde me sumergí en Internet para editar unos mensajes en el Foro Hispagimnasios que visito a diaro. Pero ¡oh sorpresa!, de repente vuelvo a tener al sujeto detrás de mí. Primero me pregunta si vivo cerca de la universidad, y después, mirando descaradamente el contenido de las páginas que tengo en pantalla, me recomienda un web sobre Stendhal, que resulta ser de una pandilla de lunáticos aficionados a la mística (lagarto, lagarto: me huele a secta).
Cuando creía que el tipo se marcharía, pues le agradecí su molestia en facilitarme la información -en mi fuero interno estaba pensando en mandarlo a la mierda-, saca un manojo de folios de bolsillo que, según sus palabras, estaban escritos por él mismo, y versaban sobre el escritor. Quería prestármelos sin compromiso. Haciendo acopio de paciencia, le di nuevamente las gracias, y rechacé el ofrecimiento. El hombre me estrechó su mano y se marchó por donde había venido.
Al salir del Aulario, comenté el caso con la Secretaria del centro, que me agradeció la información sobre un presunto tronao que estaba haciendo propaganda de ¿una secta? No lo sé, de verdad, pero, en muchas ocasiones, me parece que topo con gente pasada de rosca. ¿Habéis tenido alguna experiencia similar? Jo, esto de estudiar Psicología es como un imán para los majaras.

Cualquier día me encontraré en la calle con Alfred E. Neuman, el chico que representa la imagen corporativa de la revista Mad.
Un saludo,
Loup
Creo que atraigo a la gente rara como la miel a las moscas. Me ha pasado hoy por la mañana un caso... Os lo cuento, y creedme: ¡hay mucho tronao por el mundo adelante. Estoy cursando la carrera de Psicología por la Universidad de Educación a Distancia (U.N.E.D.) para promocionarme en el trabajo. Aproveché que libraba en el turno de mañana para acercarme a la Facultad. En la biblioteca le pedí un libro de Stendhal al chico, quien, tras consultar en el ordenador, me dijo que estaba en préstamo. Pues bien, un tipo de edad media -48 años a lo sumo- que estaba próximo a nosotros, nos esbozó, sin que nadie lo invitara, una semblanza del un escritor francés del siglo XIX.
Después se ofreció, sin conocerme de nada, a dejarme de su biblioteca personal un ejemplar del libro Rojo y Negro (1830), ante lo cual (y previendo que el individuo tenía problemas de relación) opté por declinar educadamente tan generoso favor, alegando que acostumbro a pasar raras veces por la Facultad.
Aproveché para marchar de la Biblioteca y colarme en el Aulario de Informática, donde me sumergí en Internet para editar unos mensajes en el Foro Hispagimnasios que visito a diaro. Pero ¡oh sorpresa!, de repente vuelvo a tener al sujeto detrás de mí. Primero me pregunta si vivo cerca de la universidad, y después, mirando descaradamente el contenido de las páginas que tengo en pantalla, me recomienda un web sobre Stendhal, que resulta ser de una pandilla de lunáticos aficionados a la mística (lagarto, lagarto: me huele a secta).
Cuando creía que el tipo se marcharía, pues le agradecí su molestia en facilitarme la información -en mi fuero interno estaba pensando en mandarlo a la mierda-, saca un manojo de folios de bolsillo que, según sus palabras, estaban escritos por él mismo, y versaban sobre el escritor. Quería prestármelos sin compromiso. Haciendo acopio de paciencia, le di nuevamente las gracias, y rechacé el ofrecimiento. El hombre me estrechó su mano y se marchó por donde había venido.
Al salir del Aulario, comenté el caso con la Secretaria del centro, que me agradeció la información sobre un presunto tronao que estaba haciendo propaganda de ¿una secta? No lo sé, de verdad, pero, en muchas ocasiones, me parece que topo con gente pasada de rosca. ¿Habéis tenido alguna experiencia similar? Jo, esto de estudiar Psicología es como un imán para los majaras.

Cualquier día me encontraré en la calle con Alfred E. Neuman, el chico que representa la imagen corporativa de la revista Mad.
Un saludo,
Loup

